JAI-CA BARCELONETA

En el año 1955, Jaime y Lluïsa, dos hermanos vecinos de la Barceloneta, abrieron el Jai-Ca. De sus nombres y apellidos nació el nombre del bar. Hoy, tres generaciones después, la misma familia seguimos en el barrio y al frente del local.

La llegada de un viajero

Cuenta la leyenda que un loro con el ala rota llegó en un barco mercante a la Barceloneta. Lluïsa lo acogió, y este loro convivió con nosotros hasta 2010, convirtiéndose en un miembro más de la familia y, más tarde, en la imagen del Jai-Ca. Durante los años 70 y 80 se dejaba ver por el local y todos lo conocían como Baldomero.

Una sorpresa crujiente

Hace más de 30 años que los propietarios Jaume y Antonia la inventaron. En el Jai-Ca, si pides una anchoa, te la comerás con su propia espina, bien frita y crujiente. Un pequeño premio para los paladares más atrevidos. La clientela la ha bautizado: La Raspa.

Más que un bar

Si hablamos de fútbol, el Jai-Ca es tan culé que durante décadas ha sido punto de encuentro para muchos barcelonistas del barrio (y de fuera). Aquí los partidos se viven como si estuvieras en la grada, rodeado de amigos, cervezas y mucha pasión.